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Nahuel Reyes, su vida arriba de los botes

Nahuel Reyes Zenteno, de 18 años, pertenece al Club de Remo Llacolén y comenzó a remar desde muy pequeño, gracias a la experiencia de su madre.

“Mi mamá y otros familiares remaban cuando eran jóvenes, y ahora de adultos lo hacen de forma más recreativa en competencias master. Mi madre me enseñó a remar, al igual que a mi hermana y a mi papá. Cuando tenía 3 años fuimos a vivir a Aculeo. Mi padre fundó un club de deportes en general pero enfocado en remo y ahí yo partí mis prácticas a los 5 años”.

13 años de remo para Nahuel, en los que asegura que el logro que marcó su carrera fue los controles de la selección de Valdivia en 2019. “Había un test de 2000. En ese momento estaban los 4 chicos que habían quedado 6tos del mundo en el 4x el año pasado. Yo venía saliendo recién de una lesión, pero para el control ya estaba bien. Competí y logré marcar 6:25, lo que me puso junto a ellos en los rankings. Desde ahí tuve más probabilidades de entrar al Sudamericano e incluso la oportunidad de luchar en un puesto por el 4x de ese año”, expresó.

Para Nahuel, el trabajo en conjunto a sus compañeros de club es clave, donde se potencian entre ellos en cada competencia, lo que sirve para mejorar tanto aspectos individuales como grupales.

Asimismo, la dedicación al deporte es fundamental para el crecimiento deportivo. Esto a veces se complica con las diferentes actividades de estudiantes, pero para Nahuel no es un problema al poder combinar ambas.

“Mi rutina en general, antes de la cuarentena, constaba de dos entrenamientos diarios y por lo general un día de descanso a la semana. Estos variaban la cantidad de jornadas dependiendo del programa. Como vivo en Aculeo, pero compito por Llacolén, viajaba los fines de semana para poder entrenar o competir, dependiendo de la fecha. Además, en las temporadas de vacaciones o cuando yo lo consideraba necesario, antes de una regata importante, me iba a quedar a Concepción por periodos más extensos”.

“Estando en cuarentena, la única diferencia sería la imposibilidad de viajar para poder remar. Pero me mantuve entrenando constantemente en remoergometros y con trabajos físicos junto al club. Ya estaba bastante acostumbrado a entrenar con pocas salidas al agua, por lo que mantener mi nivel y poder seguir motivado para entrenar no era realmente difícil, por el contrario, me era una oportunidad para mejorar físicamente aún más, para bajar mis marcas. Desde hace dos semanas estoy concentrado con los seleccionados permanentes en Curauma, y la rutina aquí es parecida a la que llevaba en mi casa, solo que ahora puedo remar”, agregó.

Ante el trabajo constante, los logros para Nahuel llegaron. Es campeón sudamericano y campeón nacional en su categoría.

“Ser campeón sudamericano fue un gran logro y paso en mi carrera deportiva, fue bueno para darme cuenta realmente que tal era mi nivel, en especial comparado con el resto de los países vecinos. Le dedico absolutamente mis medallas a mi madre, pues fue ella quien me impulso a empezar con remo y motivo a llegar a tal nivel, estoy seguro de que si ella hubiera podido hubiera ido conmigo al sudamericano, pero de todos modos la mantengo conmigo usando un jokey que me regalo, eso significa mucho para mí, así que lo llevo en cada bote que compito”.

“Ahora, ser campeón nacional, aunque no lo parezca, era un logro aún más grande que campeón sudamericano, el título no lo es, pero la diferencia en este caso es que competía con mis compañeros de selección, los que también fueron campeones sudamericanos. En un principio yo no iba a correr el single para el nacional, pero luego de haber pasado 2 meses buscando entrar al 4x del mundial y no haberlo conseguido, remé tanto single que me sentía muy a gusto en él, así que le dije a mi entrenador, y él no dudo en inscribirme en el single. De cierta forma así podía demostrar, compitiendo contra el resto de mis compañeros de 4x, que yo aún me sentía a nivel de ellos, aunque no había logrado entrar. Por último, salir campeón nacional en 8 fue una satisfacción que habíamos estado buscando como grupo hace 4 años. Siempre competíamos el 8, pero nuestro mejor puesto había sido 3ros, así que por fin haberlo logrado fue una satisfacción absoluta”.

Los logros y el trabajo que hay detrás, se atribuyen también a un personaje en específico: su técnico desde 2019, Nibaldo Yañez.

“Agradezco mucho que haya llegado a ser mi entrenador. Podría decir que fue un poco de suerte y en un momento oportuno. Logramos llevarnos bien rápido y aparte de lo deportivo somos amigos. He aprendido bastante con él a la vez que él ha aprendido con nosotros. Ha puesto mucha dedicación en mi entrenamiento, confiándome botes importantes en sus decisiones y, en especial, sabiendo detenerme en los momentos correctos. En fin, es un gran entrenador, lo valoro mucho y espero que se mantenga con nosotros mucho tiempo más”.

La situación actual por pandemia, posterga los objetivos. Si todo llega a salir bien, Nahuel estaría compitiendo en el sudamericano, prepanamericano y panamericano sub 23 en 2021. Además, junto a su equipo, prepara los juegos panamericanos de 2023 en Chile.

Junto a los campeonatos, Nahuel Reyes se plantea metas y objetivos:

“Todo deportista tiene el sueño de llegar a los Juegos Olímpicos, pero considero que primero debo mirar a mis metas más próximas para conseguirlos. Sueño con tener algún pódium panamericano y mundial, pero también sueño con poder llevar a cabo mis estudios al mismo tiempo que logro mis metas deportivas”, concluyó.